Se usa este método sirve para "darle permiso" a la persona a que exprese sus emociones. Resulta oportna en situaciones emocionales de desasosiego, de pérdida, de duelo. Es un método que mobiliza la capacidad de empatía del consejero.

Durante una entrevista, la persona a menudo no se anima a expresar sus emociones para no molestar, o porque le da vergüenza, o porque le parece que decir lo que realmente siente es mostrarse débil, o porque tiene miedo de ponerse a llorar.

Puede entonces llegar a ser importante para el consejero autorizarle a la persona a que exprese sus emociones diciéndole por ejemplo algo así :

" ¿Sabe una cosa ? A mi me parece totalmente valedero que esté con ganas de ponerse a llorar…"

El autorizar a la persona a que exprese sus emociones requiere mucho tacto. No se trata de sugerirle que exprese sus emociones. Se trata de ayudarle a que ésta, a que se de permiso de hacerlo. Por otra parte, el hacer hincapié para que se manifiesten ciertas emociones como el llanto, impone al consejero a prever que le tiene que dar a la persona un tiempo suficiente para que se vaya del consultorio totalmente segura de haber controlado la situación.